Presentamos al prestigioso arquitecto de Australia
Que Australia reclame a Harry Seidler como icono de la arquitectura es un tema discutible: las innovadoras obras maestras modernistas de este arquitecto nacido en Austria, formado en Canadá e influenciado por los Estados Unidos, se encuentran repartidas por todo el mundo. Sin embargo, el estudio que aún lleva su nombre, y muchos de sus edificios más emblemáticos, se encuentran en Australia.
Seidler llegó a Australia cuando tenía 20 años. En su estilo personal de diseño destacaban una claridad y un racionalismo muy acordes a la época, y no tardó en recibir una serie de encargos, domicilios particulares que se distinguían, entre otras cosas, por el uso de la luz. Seidler se desmarcó de la típica instalación de luminarias colgantes en el centro del techo, muy en boga en aquella época, y en sus diseños introdujo la luz desde fuentes invisibles; empotradas en la arquitectura, ocultas tras los muebles o mediante el bañado de las cortinas. Esta concepción está en consonancia con la filosofía de ERCO «luz, en vez de luminarias».
Seidler era seguidor de la filosofía de iluminación de Richard Kelly. Se conocieron cuando los proyectos de Seidler tuvieron más éxito comercial. Fue el comienzo de una larga colaboración en iluminación. Sus 119 proyectos incluyen torres de oficinas en cuatro de las principales capitales de Australia. Kelly estuvo detrás de la «torre de luz» del edificio Seagram de Nueva York, que fue diseñada por Mies van der Rohe con bañadores de pared incandescentes de Edison Price. Esta influencia se aprecia en muchos de los primeros proyectos de torres de Seidler, que continuó trabajando con el discípulo de Price, el diseñador de iluminación Claude Engle, en proyectos a partir de mediados de los 80. Se dice que Engle afirmó que había aprendido de Price a empezar por definir lo que exigía el diseño arquitectónico y a desarrollar las luminarias para conseguirlo.