Un arquitecto de Sídney adquiere junto con su equipo un edificio industrial histórico protegido y demuestra con carácter ejemplar cómo, sobre la base de un diseño de iluminación orientado a la percepción, es posible implementar una solución de iluminación tan agradable como eficiente, caracterizada por la economía y por un trato respetuoso de las características espaciales.
Para un arquitecto con elevadas inquietudes creativas, no existe – exceptuando el propio edificio de estudio diseñado por él mismo – un espacio de oficinas más adecuado que una antigua planta industrial. La calidad atmosférica de estos espacios, a menudo de techos altos e inundados de luz, su encanto rudo y su carácter de taller explican la atracción que ejercen desde hace tiempo para creativos de toda índole.
La seducción de tales espacios ha atrapado también al renombrado arquitecto australiano Angelo Candalepas. El año pasado se trasladó junto con su equipo a un edificio industrial histórico protegido construido a principios del siglo XX, ubicado en el centro del bullicioso Central Business District de Sídney. La modélica transformación del estilizado edificio de ladrillo de tres plantas en un estudio de arquitectura preservó al máximo la estructura original. Los espacios transmiten una sensación fresca, limpia y moderna, pero sin renegar en ningún momento de su historia y su antiguo propósito.