A 1000 metros de altitud y gracias a los ventanales que llegan hasta el suelo, los comensales en el restaurante Johann Grill del Hotel Kempinski Berchtesgaden disfrutan de vistas panorámicas de la naturaleza y del impresionante telón de fondo montañoso. El concepto de iluminación con productos ERCO traslada, al interior, la luz vibrante y natural de este incomparable escenario.
El área de restaurante, cuyos 480 metros cuadrados se utilizan durante todo el día, se presenta en ambientes sorprendentemente distintos desde el desayuno, hasta la cena a la luz de las velas: Mediante la utilización de herramientas de iluminación LED controladas por DALI con la combinación de temperaturas de color blanco cálido y blanco neutro, se adapta el ambiente luminoso al transcurso del día.
El Hotel Kempinski Berchtesgaden se asienta sobre una altiplanicie a 1000 metros de altitud en los Alpes Bávaros, rodeado por las montañas Watzmann, Untersberg y Kehlstein. Anteriormente llamado InterContinental, desde el 1 de mayo de 2015 el establecimiento acoge a sus huéspedes como tercer hotel alpino del grupo Kempinski, el grupo hotelero de lujo más antiguo de Europa. Situado a unos 150 kilómetros de Múnich y a tan solo 33 kilómetros de Salzburgo, los viajeros procedentes del mundo entero encuentran aquí un refugio exclusivo en medio de la naturaleza. Las vistas panorámicas del entorno montañoso son una parte esencial de la escenificación de los espacios, no solo en las habitaciones y suites, sino también y especialmente en las áreas públicas, tales como los tres restaurantes propios del hotel.
«Mediante la remodelación del restaurante 360°, ahora rebautizado como restaurante Johann Grill, se pretendía crear un ambiente elegante, moderno y al mismo tiempo acogedor, que no compitiera con las impresionantes vistas a través de los ventanales que llegan hasta el suelo»: así explica Klaus Sporer, de sporer plus architekten, el concepto de interiorismo implementado en 2013. «De ahí que para el mobiliario y el interiorismo se optara por materiales naturales refinados, como seda, lino, cuero, fieltro y piedra natural en una sobria paleta cromática que incluye el blanco, beige, gris y tonos naturales.» Al mismo tiempo, dentro de este gran espacio – con una superficie aproximada de 350 metros cuadrados y 130 metros cuadrados adicionales en el salón anexo conectado – debían crearse zonas de estar con distintas características: rincones íntimos y tranquilos, grandes mesas en el centro abierto de la sala y zonas parcialmente elevadas en la parte posterior de la sala a fin de garantizar unas buenas vistas al exterior.