Las piezas expuestas, iluminadas nítidamente mediante proyectores de contornos Optec crean una explosión de color en la Black Box
Al acceder al vestíbulo del museo desde la calle, por el angosto corredor entre los muros de ladrillo y el soleado patio de entrada (con el logotipo de YSL tan alto como una persona y que tras el crepúsculo es escenificado expresivamente por dos proyectores Beamer), el visitante es conducido a mano derecha hacia la sala de exposición principal.
Allí le recibe en un primer momento la oscuridad más absoluta. «Este contraste entre claro y oscuro, entre exterior e interior, era un elemento clave del diseño de este espacio», explica Christophe Martin. «Desligado del entorno y de la hora del día, el visitante se encuentra aquí en un universo completamente distinto; en el mundo de Yves Saint Laurent.» Como punto de atracción visual, en la entrada, el famoso «vestido Mondrian» de 1965, acentuado por dos proyectores de contornos LED Optec, parece flotar, desde la oscuridad, hacia el visitante. Con su colorido y geometría, el vestido introduce un signo de exclamación en la Black Box. Los cincuenta modelos expuestos sobre maniquíes están agrupados en ámbitos temáticos que ilustran los principales motivos de la obra de Saint Laurent. La iluminación de acento mediante proyectores de contornos LED Optec realzan con nitidez y plasticidad las texturas, los bordados, los volantes y las capas de tejido drapeadas de las creaciones, incluso de los vestidos negros sobre fondo negro.