Museo MAMUZ, Mistelbach

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«¡Descubrir, asombrarse y probar!»: así reza el lema del nuevo Museo de Prehistoria, Protohistoria y Arqueología Medieval (MAMUZ) en la ciudad austriaca de Mistelbach. El visitante experimenta en primera persona cómo se desarrollaba la vida de las personas durante el transcurso de milenios.

Los visitantes se convierten en arqueólogos
¿Qué aspecto tienen los nombres actuales escritos en runas? ¿Cómo se manifiestan las diferencias en el trabajo del cobre, el bronce y el hierro? El MAMUZ es conocido por su enfoque centrado en la arqueología experimental y la presentación interactiva. Los interrogantes históricos se esclarecen mediante experimentos prácticos, como la construcción de una nave principal neolítica. El museo MAMUZ es también sede y centro de formación del Instituto de Prehistoria y Arqueología Histórica de la Universidad de Viena, lo cual da fe de la elevada calidad de su tarea en cuanto a los contenidos. En paralelo a las clases, los estudiantes adquieren además conocimientos prácticos sobre técnicas artesanales, ciencia de materiales y procesos de trabajo. El afán investigador se refleja también en el carácter interactivo de la exposición. De este modo, el propio visitante del laboratorio de investigación - equipado con microscopios y líneas cronológicas - puede convertirse en arqueólogo.

De hallazgos de tesoros y tigres de dientes de sable
El MAMUZ es una colaboración del Museo de Prehistoria de la Baja Austria Asparn/Zaya y el Centro Museístico de Mistelbach MZM con el tema común «40 000 años de Humanidad». En el castillo de Asparn/Zaya pueden contemplarse edificios residenciales, agrícolas y de comercio históricos. Uno de los principales atractivos lo constituye el denominado «Reino de los Tesoros», un tesoro acumulado procedente de la ciudad de Wiener Neustadt, que en el siglo XIV, bajo el reinado de los Habsburgo, fue depositado en el posterior lugar de su hallazgo. En el Museo de Mistelbach –el edificio se utilizó originalmente como fábrica para aparatos y máquinas agrícolas– se presentan exposiciones que cambian cada año. Actualmente, la muestra «Gigantes de la Edad de Hielo» permite asomarse a la era de los mamuts, los rinocerontes lanudos y los tigres de dientes de sable.

Diseño individualizado de cada sala de exposición
Más allá del hecho que al MAMUZ pertenecen un gran número de edificios de los más diversos contextos históricos, también cada sala de exposición posee un diseño propio. Así, por ejemplo, el área «Fuego en la vida y la muerte» está realizada íntegramente en matices rojos. Una pared iluminada dramáticamente desde detrás evoca una fachada de madera ardiendo. En la sala «Ricos y pobres en el Sacro Imperio» domina en las paredes y los zócalos un tono violeta con gráficos figurativos en blanco. Por encima se extiende una cúpula cenital con un dibujo a cuadros, también realizado en violeta y blanco. Debido a la diversidad de las decoraciones interiores y los colores, fue preciso estudiar por separado la iluminación para cada zona de exposición.

Iluminación precisa y eficiente
Para el propietario era importante que las luminarias propiamente dichas fueran lo más discretas posible. La luz debía adoptar un papel discreto en las salas sumamente diversas y orientadas a la interacción. Para la iluminación básica, sin luz dispersa e impecablemente apantallada, se utilizaron los minimalistas bañadores Parscan libremente girables. Para la acentuación de objetos expuestos, vitrinas y textos en las paredes, el propietario se decidió por el proyector de contornos Pollux. La herramienta de iluminación compacta y versátil genera conos de luz con contornos nítidos. Tanto los objetos de exposición como los textos informativos se presentan enmarcados visualmente y parecen emitir luz por sí mismos. De este modo se dirige la mirada del observador hacia lo esencial.