Una iluminación de museos personalizada para una arquitectura de grandes dimensiones

La fachada del M+, orientada hacia el puerto, cuenta con LEDs empotrados para proyectar obras que constan de imágenes en movimiento, y que pueden verse desde el paseo marítimo de West Kowloon y la isla de Hong Kong. Los visitantes pueden acceder al museo desde diversas entradas ubicadas en la planta baja y los pisos inferiores, creando así un espacio muy accesible que mantiene la continuidad entre los espacios interiores y los exteriores. La fachada de celosía de la torre cuenta con LED empotrados que pueden utilizarse para proyectar obras que constan de imágenes en movimiento. Esta característica convierte la fachada del edificio en una pantalla gigante que se puede ver desde el paseo marítimo de West Kowloon y la isla de Hong Kong.

«La estructura resultante no solo está ligada a su entorno, sino que también está formada por él. Se trata de un lugar universal con una organización interna cuya apertura y transparencia permiten vincular las complejidades del contenido y el espacio de muchas maneras diferentes.» (Herzog & de Meuron, 2015)

Una iluminación personalizada adecuada a los retos arquitectónicos

Adam Meredith, director de MEGS Lighting, diseñó y planeó la iluminación del M+ durante varios años. Era necesario conciliar la visión del arquitecto sobre los espacios de tránsito con la visión del comisario sobre los espacios expositivos. Las 33 salas de exposiciones ofrecían la oportunidad de crear algunos entornos dinámicos conforme a las instrucciones del comisario.

Los espacios expositivos del M+ presentaban diferentes retos arquitectónicos. Para hacer frente a estos retos, se diseñaron componentes a medida, de modo que las luminarias fueran lo suficientemente uniformes y flexibles como para poder trasladarlas a cualquier parte del edificio. ERCO se encargó de personalizarlas, y realizó un seguimiento para garantizar que las luminarias llegaran a tiempo y se ajustaran al presupuesto, lo que permitió al equipo planificar su instalación y empezar a trabajar en la exposición.

La flexibilidad y la facilidad de uso son criterios fundamentales a la hora de elegir las luminarias para un museo con espacios en continua evolución. Las luminarias deben poder adaptarse a las diferentes exposiciones y ser ligeras para que el equipo de mantenimiento pueda manejarlas, sobre todo si se trata de grandes cantidades. Tras realizar varias muestras y pruebas, se optó por utilizar el proyector Parscan de 24 vatios, debido a su tamaño, su peso y su versatilidad. El museo debía ser atractivo a la vista y funcional, respetando al mismo tiempo los niveles de conservación de ciertas zonas, y evitando el exceso o la escasez de iluminación de los espacios. El objetivo era crear la mejor experiencia posible para los visitantes.

«El Parscan de 24 vatios era muy versátil, giraba sobre el eje central, no tenía yugo a izquierda o derecha ni giro o inclinación como en los métodos anticuados que se aplicaban en el teatro; Parscan era compacto, giraba sobre su base, sus accesorios eran homogéneos y sus ópticas fáciles de cambiar.» (Adam Meredith, MEGS Lighting)

Adam Meredith tuvo la oportunidad de encender en el M+ algunos de los antiguos rótulos de neón de la colección del museo, lo que supuso un reto divertido, ya que las fuentes de luz originales no se podían encender, de modo que utilizó lámparas LED modernas en su lugar. A la hora de elegir una solución de iluminación, Meredith tuvo en consideración el valor patrimonial de los rótulos y la necesidad de utilizar un sistema sostenible que durara entre 10 y 20 años. Decidió aplicar una la iluminación con raíles electrificados ERCO, convencido de su excelente calidad y su larga vida útil.