Trabajo intelectual e iluminación de oficinas
Las transformaciones tecnológicas y sociales determinan la manera en que trabajamos y, por ende, la estética de las oficinas. El trabajo intelectual en la sociedad de la información digital, caracterizado por procesos de trabajo complejos, con frecuencia autoorganizados y en constante transformación, exige un alto grado de flexibilidad. Como consecuencia, también los requisitos en cuanto a distribución de superficies, mobiliario e iluminación en la oficina son totalmente distintos a los que presidían el entorno laboral de hace 50 años, en el que se trabajaba principalmente con papel en lugar de con terminales digitales. La sincronización dinámica y la complejidad crecientes de los procesos digitales requiere un trabajo altamente concentrado orientado al diálogo y a los proyectos, en cuyo centro se sitúa la persona con sus necesidades. A ello deben reaccionar no solo los usuarios de la oficina, sino también los gestores de los edificios. La luz es un elemento crucial para proporcionar a las personas un entorno de trabajo productivo y agradable.