Invisible en sí misma, pero con un efecto incuestionable: la luz favorece las ventas. Los contrastes de luminosidad dirigen la mirada de los clientes, y los efectos de brillo convierten en irresistible la interacción con el producto: un paso importante para la decisión de compra. En la gran variedad de conceptos de marca, actualmente se han consolidado diversas estrategias para generar, mediante la luz, experiencias de compra personalizadas. En estéticas minimalistas, las luminarias prácticamente desaparecen del campo visual y es suficiente un número reducido de acentuaciones. En conceptos decorativos adquiere importancia el diseño llamativo de las luminarias, pero la iluminación de acento expresiva continúa siendo indispensable para escenificar los artículos. También los conceptos urbanos trabajan con iluminación de acento, si bien adoptan una estética mucho más técnica de la instalación de iluminación como parte integrante del diseño corporativo.