La tecnología y la sociedad determinan la manera en que trabajamos y, por ende, la evolución de la oficina. El trabajo intelectual actual plantea hoy en día requisitos de iluminación distintos al trabajo de hace 50 años, donde predominaba el papel. También por aquel entonces, en el centro del diseño de iluminación se situaba la persona, con su percepción y sus necesidades visuales. En las oficinas de los años 70, se trataba principalmente de tareas visuales horizontales. Las prácticas de iluminación tradicionales de aquella época, tales como la iluminación de gran superficie más allá del escritorio, característica de las lámparas fluorescentes, rara vez se corresponden hoy en día con las tareas visuales del trabajo de escritorio actual.
La tecnología y la sociedad determinan la manera en que trabajamos y, por ende, la evolución de la oficina. El trabajo intelectual actual plantea hoy en día requisitos de iluminación distintos al trabajo de hace 50 años, donde predominaba el papel. También por aquel entonces, en el centro del diseño de iluminación se situaba la persona, con su percepción y sus necesidades visuales. En las oficinas de los años 70, se trataba principalmente de tareas visuales horizontales. Las prácticas de iluminación tradicionales de aquella época, tales como la iluminación de gran superficie más allá del escritorio, característica de las lámparas fluorescentes, rara vez se corresponden hoy en día con las tareas visuales del trabajo de escritorio actual.