La constancia perceptiva es un fenómeno que define procesos de corrección de la visión, y es una condición esencial para obtener una imagen ordenada de la realidad. La constancia es la capacidad de reconocer los objetos de la misma manera, aunque cambie su tamaño, su forma, su grado de reflexión y su color, o incluso el entorno, incluidos, entre otras cosas, los cambios de la distancia, de su situación espacial o de la iluminación.