Los
dispositivos de control electrónico permiten modificar los colores de la luz o las temperaturas de color por separado (tunable white). De este modo, podemos realizar composiciones y modificaciones de color discretas, pero muy efectivas, que pueden influir en la percepción del color de las obras de arte. Este procedimiento resulta ser especialmente ventajoso en espacios cuyo uso cambia con frecuencia. Los museos y galerías, por ejemplo, pueden adaptar la iluminación de forma flexible a sus exposiciones mediante la síntesis aditiva, lo que les ofrece más posibilidades de escenificación del arte.
La temperatura de color adecuada a cada hora del día es importante también para el bienestar del ser humano en los conceptos basados en el enfoque Human Centric Lighting (HCL). Lo ideal sería que el concepto de iluminación tuviera en cuenta el ritmo circadiano, es decir, nuestro «reloj interno», adaptándose de forma dinámica al transcurso de la luz natural.