La diferencia entre al menos dos tonos cromáticos se denomina contraste de color. El contraste de color es fundamental para la percepción visual, ya que solo vemos los objetos cuando éstos se diferencian de su entorno. Por esta razón, el contraste de color también se debe tener en cuenta al realizar el diseño de iluminación para la arquitectura. El contraste entre el color propio de los objetos o las intensidades lumínicas puede acentuar zonas en la arquitectura (de interiores). Además de la luz de color, un fondo blanco presenta también temperaturas de color de diferentes tonalidades de blanco – desde un blanco cálido rojizo o un blanco neutro, hasta un blanco frío azulado – que son un elemento del diseño de la iluminación.